Todo el mundo habla de la ansiedad como si fuera el enemigo número uno. Pero, en realidad, la ansiedad es solo una emoción. E igual que todas las demás emociones que sentimos es útil y necesaria, y nos ayuda a sobrevivir.
Sentimos ansiedad cuando nos enfrentamos a una situación en la que no sabemos lo que va a pasar. Aunque es muy parecida al miedo, no es exactamente lo mismo. Tenemos miedo a algo concreto: a la oscuridad, a las arañas o a la soledad. Pero la ansiedad es un poco más inespecífica. Cuando estás en la parada esperando al autobús y ves que no llega, empiezas a pensar en todo lo que podría pasar: “voy a llegar tarde al trabajo, mi jefe se enfadará y me echará la bronca…puede que me despidan” “tenía que haber salido antes”… Te vas poniendo cada vez más nervioso y notas cómo tu cuerpo se tensa. Eso es ansiedad.
Cuando sentimos ansiedad tenemos pensamientos de preocupación y cambios físicos muy evidentes: sudas, el corazón te late más deprisa, los músculos se tensan, tu respiración se acelera, empiezas a pensar más deprisa y eres más consciente de todo lo que te rodea.
Esto sucede porque la emoción de ansiedad va acompañada de un subidón de adrenalina y de cortisol que prepara tu cuerpo y tu cerebro para hacer frente a una situación de peligro, en la que te sientes amenazado.
Todos sentimos ansiedad. Y la sentimos en situaciones muy similares. En una entrevista de trabajo, cuando conoces a los padres de tu pareja, antes de un examen, antes de ir de viaje, cuando te mudas… Puede resultar molesta, pero la ansiedad nos ayuda a enfrentarnos a estas situaciones dándonos un empuje extra, física y mentalmente. Es imposible deshacerse de la ansiedad. Siempre la sentirás en situaciones de tensión y eso es positivo para ti.
Pero, hay veces que la ansiedad se nos va de las manos…
Cuando una persona siente de forma regular niveles desproporcionados de ansiedad, puede convertirse en un trastorno. La ansiedad normal se convierte en patológica cuando la sientes en situaciones que no son una amenaza real, la sientes muy a menudo y de forma muy intensa y, además, no eres capaz de manejarla. Cuando se llega a este punto, la ansiedad empieza a interferir con tu vida diaria.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) informa de que los Trastornos de Ansiedad son los trastornos mentales más habituales. Se estima que el 25% de la población sufrirá algún tipo de Trastorno de Ansiedad a lo largo de su vida. Eso significa que 1 de cada 4 personas se enfrentarán a un problema de ansiedad.
Las causas de los Trastornos de Ansiedad son complicadas y difíciles de generalizar. Cada persona se enfrenta a la ansiedad de manera diferente y por motivos distintos. Pero hay algunos factores que pueden ayudar a contextualizar el problema:
- La presencia de estresores ambientales: situaciones que causan estrés en sí mismas, como problemas en el trabajo, problemas en las relaciones de pareja o con la familia…
- La genética: las personas que tienen familiares con Trastornos de Ansiedad están más predispuestas a sufrirlos.
- Factores médicos: padecer alguna enfermedad, los efectos de alguna medicación…
- El aprendizaje de patrones de respuesta inadecuados para enfrentarse a la ansiedad.
El tratamiento que mayor eficacia probada tiene para solucionar los Trastornos de Ansiedad es la Terapia Cognitivo-Conductual o la combinación de ésta con una medicación específica para la ansiedad. Como psicólogas en Aranjuez, estamos especializadas en este tipo de terapia, así que no dudes en consultarnos si tienes cualquier duda. Con este tratamiento aprenderás a hacer frente a la ansiedad con diferentes técnicas que podrás utilizar para manejar tus emociones, tus pensamientos y los cambios que experimenta tu cuerpo en situaciones estresantes.
De todas formas, te adelanto que hay algunas cosas que puedes hacer para enfrentarte a la ansiedad elevada por ti mismo. Un de ellas es hacer ejercicio. Además de liberar tensión, el deporte ayuda a que tu cerebro segregue sustancias químicas que te harán sentir más relajado.
También puedes reducir la ingesta de bebidas excitantes como el café, el té o la Coca-Cola. Y, por supuesto, evitar o reducir el consumo de alcohol y otras drogas, que pueden influir negativamente en tu ansiedad.
Y recuerda que, sentir ansiedad no es un problema. Pero si sientes que se te escapa de las manos o que interfiere en tu vida diaria, ha llegado el momento de buscar ayuda para manejarla.
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