Como psicólogo infantil en Aranjuez, he detectado que muchos niños tienen dificultades en el aprendizaje de la lectura, la escritura o el habla o tardan más tiempo en desarrollar estas habilidades. Cada niño tiene su ritmo y es habitual que en algunos casos les resulte más difícil adquirir algunas competencias, mientras que su desarrollo es normal en otras áreas. Sin embargo, en ocasiones, las dificultades exceden a las que pueden ser esperables para su edad y nivel educativo y puede que nos encontremos ante un problema mayor.
¿En qué consiste el trastorno específico del lenguaje?
El trastorno específico del lenguaje (TEL) consiste en una dificultad persistente para adquirir, comprender y utilizar el lenguaje, ya sea de forma hablada, escrita, de signos o de otro tipo. Esta dificultad puede manifestarse por la existencia de un vocabulario reducido en cuanto al conocimiento y uso de las palabras, por una estructura gramatical limitada que cursa con dificultades para unir palabras o terminaciones de palabras con el fin de formar frases según las reglas gramaticales y morfológicas y por un discurso deteriorado en cuanto a su capacidad para usar el vocabulario, para conectar frases para explicar un tema o para tener una conversación.
No se trata de un leve deterioro de lenguaje, sino que estas capacidades están por debajo de lo esperado para la edad del niño desde un punto de vista cuantificable. Esto produce limitaciones en la comunicación eficaz, en la participación social y/o en los logros académicos.
Estas dificultades aparecen durante las primeras fases del periodo de desarrollo, entre los dos y los cuatro años, momento en el que se produce el aprendizaje y desarrollo del lenguaje.
Con frecuencia, las dificultades en lenguaje repercuten negativamente sobre las relaciones sociales y la conducta. Los niños con trastorno específico del lenguaje pueden tener dificultades para relacionarse con otros niños o adultos debido a sus dificultades para comunicarse con ellos. En numerosas ocasiones, los problemas para expresar lo que quieren o sienten generan frustración y conductas disruptivas, como rabietas, negativismo, peleas…
En el trastorno específico del lenguaje pueden llegar a verse afectadas todas las áreas implicadas en el lenguaje, por lo que se requiere una evaluación exhaustiva para determinar su presencia y preparar una intervención personalizada, ajustada a las necesidades concretas de cada niño.
El tratamiento implica intervenir en todas y cada una de las áreas que se encuentren afectadas. En primer lugar, será necesario consolidar unos requisitos previos al desarrollo del lenguaje (atención, capacidad de juego referencial y ficticio, capacidad de adaptación a turnos en actividades interactivas, capacidad de imitación y capacidad de discriminación visual). A continuación, y en el caso de que se encuentren afectadas, será necesario intervenir sobre las áreas fonética y fonológica, asegurando una discriminación y articulación de sonidos correctas. En tercer lugar, habrá que encargarse del área léxico-semántica, implementando un uso y comprensión adecuados tanto del vocabulario como de los significados de los conceptos. También habrá que considerar el área morfosintáctica, tanto en el lenguaje expresivo como en el receptivo. Por último, no hay que olvidar el área pragmática, con el objetivo de que el niño logre desarrollar el uso social del lenguaje en sus vertientes verbal y no verbal, expresiva y receptiva.
Signos de alerta
Aunque siempre deberá realizarse una evaluación exhaustiva llevada a cabo por un profesional cualificado con el fin de diferenciar el trastorno específico del lenguaje de otros trastornos o dificultades, existen algunos signos que pueden alertarnos de la presencia de dificultades que merecen ser valoradas con mayor profundidad. Entre ellos se encuentran:
- Realizan un número de verbalizaciones disminuido
- Pueden tener dificultades con algunas consonantes y vocales
- Se le entiende mal para su edad
- No pronuncian algunas consonantes finales
- Cambian algunos fonemas, sobre todo /d/, /l/ y /t/
- Usan pocas preposiciones, pronombres, conjunciones…
- Tienen dificultades con los verbos o los utilizan menos de lo esperable para su edad
- Les cuesta producir palabras nuevas
- Tienden a regularizar los verbos
- Dificultades para narrar historias
- Dificultades para concordar los adjetivos, los tiempos verbales, el plural o el género
- Tendencia a usar la tercera persona (él/ella) en vez de la primera (yo)
- Dificultades en la comprensión de oraciones
- Utilización de gestos manuales para sustituir palabras
- Realización de muchas preguntas
- Poca iniciativa para iniciar temas de conversación o para mantenerlos
- Menor juego simbólico
Si tu hijo muestra algunas de estas dificultades y tienes dudas de si podría deberse al trastorno específico del lenguaje, puedes contactar con nosotras, estaremos encantadas de resolver tus dudas y ayudarte.
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