Una idea muy común es que las personas mayores no pueden cambiar, por lo que no merece la pena que acudan a terapia. Además, también se opina que para qué, con su edad ya no merece la pena. Nada más lejos de la realidad. Por un lado son personas que por una razón u otra están sufriendo, por lo que si se les puede hacer estar mejor, merece la pena el ponerse a ello. Mediante técnicas específicas enfocadas en la psicología de la tercera edad podemos ayudarles.
Y por otro lado, si bien es verdad que va a costar más que cambien (a fin de cuentas llevan toda su vida comportándose de esa manera), estos cambios se dan, mejorando muchísimo su calidad de vida. Y mejorar la vida de una persona, tenga la edad que tenga, siempre es un buen objetivo.
Soy muy mayor para cambiar. No merece la pena
Una idea muy común es que las personas mayores no pueden cambiar, por lo que no merece la pena que acudan a terapia. Además, también se opina que para qué , con su edad ya no merece la pena. Nada más lejos de la realidad. Por un lado son personas que por una razón u otra están sufriendo, por lo que si se les puede hacer estar mejor, merece la pena el ponerse a ello.
Y por otro lado, si bien es verdad que va a costar más que cambien (a fin de cuentas llevan toda su vida comportándose de esa manera), estos cambios se dan, mejorando muchísimo su calidad de vida. Y mejorar la vida de una persona, tenga la edad que tenga, siempre es un buen objetivo.
No voy a entender lo que se trabaje
El objetivo de la terapia es siempre adaptarlo a la persona, de modo que para ella sea lo más entendible posible. Es el psicólogo el que deba adaptarse a la persona y no al revés. Aunque por circunstancias vitales no se haya podido estudiar, sí que se puede hablar y comprender, de manera que se pueda conseguir que la persona esté bien. Porque si bien puede ser que no se haya estudiado, sí que se ha vivido y experimentado, y a partir de ahí se pueden trabajar lo que se necesite.
A mi edad nadie tiene que decirme qué es lo que tengo que cambiar
Nadie es quien para decir a nadie que cambie simplemente porque considere que es mejor hacer las cosas de una manera u otra. El objetivo de la terapia es encontrar aquello que nos hace sufrir y sentirnos mal de manera que podamos transformarlo en algo que nos permita ser felices. Ése es el objetivo de la terapia.
Me tomo la pastilla y ya está, es lo más fácil
Aquí hay que tener en cuenta que no todo se soluciona con la medicación. Ésta puede ser considerada como una muleta que nos ayude en un momento dado, pero debemos aprender a gestionar lo que nos ha hecho estar mal de manera que podamos hacerle frente sin tener que recurrir a nada externo.
Por otro lado, en esta población, que cada vez está más medicalizada y que toma muchas pastillas para diferentes dolencias, sería interesante el poder reducirlas en lo posible.