Puede que ya hayas oído hablar del trastorno límite de la personalidad o personalidad “borderline” o puede que ni siquiera te suene este concepto. Si has oído hablar de él, puede que lo asocies con autolesiones, con personas manipuladoras o incluso puede que te recuerde a otras problemáticas, como el trastorno bipolar. Sin embargo, como psicóloga infantil en Aranjuez, he visto que el trastorno límite de la personalidad es mucho más complejo.
¿En qué consisten los trastornos de la personalidad?
Los trastornos de la personalidad son aquellos que se caracterizan por tendencia general de la persona a comportarse de forma que se aparta de lo socialmente esperable, ya sea en cuanto a la forma de percibirse a uno mismo, a los demás y a los hechos que nos ocurren, como a la respuesta emocional, a la forma de relacionarse con otras personas o de controlar sus impulsos.
Esta forma de comportamiento es inflexible y se produce en una amplia variedad de situaciones personales y sociales, no se limita a un único contexto y provoca un malestar clínicamente significativo o un deterioro en el ámbito social, laboral o en otras áreas importantes para la persona.
Es estable, tiene una duración larga y suele comenzar durante la adolescencia o la edad adulta temprana y no puede explicarse como consecuencia de otro trastorno mental, ni se debe a los efectos de alguna sustancia o de una afección médica.
¿Qué es realmente el trastorno de la personalidad límite?
El trastorno de la personalidad límite se caracteriza por un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, autoimagen y afectos, así como por una impulsividad intensa. Todas estas características comienzan en la adolescencia o en las primeras etapas de la edad adulta y se dan en diversos contextos.
Las personas que lo padecen llegan a realizar esfuerzos verdaderamente desesperados para evitar el abandono por parte de otras personas, ya sea este real o imaginado. Estos esfuerzos pueden ir de un extremo a otro, desde pedir perdón desesperadamente y repetidas veces hasta amenazar con hacerse daño a uno mismo o a los demás.
Por lo general, sus relaciones con los demás son inestables e intensas, pues tienden a moverse entre extremos: pasan de idealizar a una persona a devaluarla por completo, y viceversa, en función de su estado emocional, la situación, el contexto…
Pueden tener alterada su identidad, puesto que generalmente su autoimagen y su sentido del yo son inestables, les cuesta definirse, saber cómo son en realidad y encontrar su sitio.
Tienden a ser impulsivos en áreas potencialmente lesivas: pueden llevar a cabo gastos excesivos, conductas sexuales de riesgo, consumir drogas, conducir de forma temeraria o darse atracones de comida, entre otras cosas.
Pueden amenazar con llevar a cabo o realizar conductas autolesivas o suicidio.
Su estado de ánimo cambia de forma notable, por lo que pueden ser inestables emocionalmente, pasando de la exaltación a la tristeza, irritabilidad, ansiedad… Pueden permanecer horas en un episodio de malestar muy intenso, a veces incluso días.
En muchos casos manifiestan tener una sesión crónica de vacío.
Pueden tener dificultades para controlar la ira o mostrar enfados inapropiados, lo que los lleva a tener discusiones frecuentes con la familia, amigos o pareja. Pueden llegar a meterse en peleas físicas de forma recurrente.
En ocasiones pueden aparecer ideas paranoides transitorias o síntomas disociativos graves ante situaciones de estrés. Esto significa que ante situaciones de estrés intenso pueden llegar a considerar las intenciones de los demás como amenazantes, peligrosas o interpretar que los demás tratan de hacerles daño o perjudicarles, incluso aunque no haya evidencias de ello.
Factores de riesgo del trastorno de la personalidad límite
El trastorno de la personalidad límite es unas cinco veces más frecuente entre familiares biológicos de primer grado de personas con este trastorno. También existe un riesgo mayor de presentar trastornos por consumo de sustancias, trastorno antisocial de la personalidad y trastornos depresivos o bipolares.
Signos de alerta en adolescentes
Durante la adolescencia puede parecer complicado diferenciar el trastorno de la personalidad límite de las características propias de esta etapa de la vida, caracterizada por frecuentes cambios de humor, impulsividad e intensidad en las relaciones personales. Además, es en esta etapa cuando se desarrolla la identidad personal. Aunque todos estos cambios pueden generar un cierto nivel de malestar, en el caso del trastorno de la personalidad límite este malestar es significativo, es decir, es mucho más intenso y constante, o bien llega a producir deterioros en el área social, académica y/o personal. Es importante recordar que, cuando hablamos de “trastorno de la personalidad”, nos referimos a un patrón constante, rígido e inflexible, diferente de los cambios temporales y pasajeros propios de la adolescencia.
Sin embargo, existen algunos signos de alerta que pueden ser indicativos de una problemática que va más allá de las dificultades propias de la adolescencia:
- Tristeza, ansiedad o malestar excesivos y/o muy duraderos.
- Dificultades para relacionarse con otras personas: dificultad para hacer o mantener amigos, discusiones o peleas frecuentes con amigos, pareja, compañeros de clase o aislamiento del grupo de iguales, con intentos desesperados por no perder a otros, incluyendo súplicas, disculpas, amenazas, manipulaciones…
- Relaciones familiares conflictivas o insostenibles debidas a discusiones frecuentes, con estallidos de ira, cambios entre el amor-odio y reacciones emocionales exageradas y frecuentes.
- Comportamientos de riesgo frecuentes, como consumo de alcohol o drogas, relaciones sexuales sin protección, gastos excesivos…
- Tendencia a considerar que todo el mundo está en su contra, de forma generalizada, incluso en situaciones en las que no hay una mínima evidencia de ello.
- Conductas autolesivas, tentativas de suicidio o amenazas acerca de llevar a cabo estas conductas.
- Deterioro notable en el ámbito académico, familiar, personal o social.
Si crees que las dificultades de tu hijo/a exceden de lo esperable para su edad y tienes dudas acerca de la posibilidad de que presente un trastorno no dudes en ponerte en contacto con nosotras para solucionarlo.